Galatas 5 es un capÃtulo increÃblemente poderoso y liberador de la palabra de Dios. En este capÃtulo, el apóstol Pablo nos recuerda la gran verdad de que hemos sido llamados a la libertad en Cristo. Él nos dice que hemos sido liberados del pecado y de la ley, y que ahora vivimos en el EspÃritu.
Sin embargo, Pablo también nos advierte que hay una lucha constante entre la carne y el EspÃritu. La carne nos lleva a desear cosas que son contrarias a la voluntad de Dios, mientras que el EspÃritu nos lleva a buscar las cosas que son de Dios. Es una lucha que todos los cristianos enfrentamos diariamente.
Pero lo que realmente me impacta de este capÃtulo es la descripción que Pablo hace del fruto del EspÃritu. El fruto del EspÃritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. ¡Qué maravillosa descripción del carácter de Dios! Y lo más sorprendente es que Pablo nos dice que estos frutos no son algo que podamos producir por nosotros mismos. Son el resultado del EspÃritu Santo que habita en nosotros.
Esto nos lleva a una conclusión asombrosa: la verdadera vida cristiana no es sobre seguir reglas y hacer cosas para agradar a Dios. Es sobre dejar que el EspÃritu Santo trabaje en nosotros y produzca su fruto en nuestras vidas. No estamos llamados a intentar ser mejores por nosotros mismos, sino a confiar en la obra de Dios en nosotros.
Por lo tanto, mi oración es que todos los cristianos comprendan la verdadera libertad que tenemos en Cristo, y que seamos más conscientes de la obra del EspÃritu Santo en nuestras vidas. Que aprendamos a dejar ir nuestra carne y confiar en el EspÃritu para producir fruto en nosotros. Que Dios nos conceda la gracia de vivir una vida llena del amor, la paz y la alegrÃa que vienen del EspÃritu.
Amén.